martes, 3 de abril de 2007

Agua en La Felipa

En ocasiones, es necesario echarse la manta a la cabeza y aguantar el chaparrón. Si puede ser, con amigos que compartan la locura, si no… bueno, lo importante es ser coherente con uno mismo. La coherencia puede ser la antesala de una pulmonía y bien pudo suceder así, pero dos días después de mi salida con lluvia, sigo sano. Imagino que no depende tanto del clima como de la suerte el enfermar.

La Felipa tiene varias perspectivas. Una de las más bonitas es la cara húmeda y lluviosa por insólita. Sin embargo, tras una semana sin poder coger la bici por lo de la lluvia pertinaz, y agradeciendo a Dios su bondad por derramar su bendición sobre la tierra seca, no podía aguantar más y conseguí completar 11 Km de recorrido, incluida la subida a la cuesta que hemos bautizado como “La cuesta de los militares”.

Toda mi preocupación se concentraba en que la cámara no se mojara demasiado, así que no pude sacar tantas fotos como hubiera querido, de hecho sentí muchísimo no poder sacar al cernícalo que aguantaba el chaparrón posado sobre un majano, mientras el agua resbalaba goteando por su pico. En fin … aquí dejo, como estímulo para la memoria las fotos de la salida discreta e íntima que yo me hice a mí mismo aquel día lluvioso.

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